La tristeza y la melancolía son dos sentimientos presentes en algún momento de la vida de todas las personas, al igual que la alegría y el placer. Los dos primeros no son en sí patológicos, pero en algunas ocasiones pueden llegar a serlo para ciertas personas y desencadenar en una depresión.
Cuando el estado de ánimo de un individuo en un determinado momento de su vida sufre sentimientos severos y prolongados de tristeza o síntomas relacionados que afectan a su capacidad para relacionarse con otros, trabajar o afrontar el día, la tristeza se convierte en una enfermedad, que se conoce como depresión.
La depresión puede venir dada no sólo por una vivencia o un hecho, sino también por un desequilibrio hormonal, cortisol y serotonina, entre otras, o por un problema intestinal ya que el 80% de la serotonina es segregada por nuestro intestino.
Una disminución de serotonina puede darnos como resultado estar inmersos en un proceso depresivo. La disminución de serotonina puede estar causada por muchos factores, en este programa estudiaremos y diferenciaremos entre una simple disminución de serotonina o un proceso depresivo.
Cambios asociados a un posible proceso de depresión:
- Estado de ánimo depresivo la mayor parte del día según lo indica la propia persona o los de su alrededor. En los niños y adolescentes el estado de ánimo puede ser irritable.
- Disminución del interés o de la capacidad para el placer en todas o casi todas las actividades.
- Pérdida importante de peso sin hacer régimen o aumento de peso.
- Insomnio o hipersomnia.
- Agitación o enlentecimiento psicomotores.
- Fatiga o pérdida de energía casi cada día.
- Sentimientos de inutilidad o de culpa excesivos o inapropiados.
- Disminución de la capacidad para pensar o concentrarse, o indecisión.